En un nuevo ataque brutal contra la población gazatí, el Ejército israelí disparó este 11 de junio contra cientos de palestinos que se habían reunido cerca del cruce de Netzarim y el puente de Wadi Gaza con el fin de obtener ayuda alimentaria de un centro istrado por la Fundación Humanitaria de Gaza, organización instalada por Israel y Estados Unidos para controlar la distribución de ayuda humanitaria.

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El Ministerio de Salud de Gaza anunció que el número de muertos por los disparos asciende a 57 y más de 363 heridos desde la madrugada de este miércoles 11 de junio. Tras este nuevo crimen, el total de víctimas mortales en los puntos que deberían distribuir ayuda se eleva a 224, con más de 1.858 heridos desde que estos centros comenzaron a operar.

Por su parte, el portavoz de la Defensa Civil en Gaza, Mahmoud Basal, indicó que los equipos de la Defensa Civil y de ambulancias transportaron a varios muertos y heridos tras los ataques deliberados de los vehículos militares israelíes y aviones no tripulados.

De igual forma informó que cientos de palestinos en áreas cercanas a Netzarim y el Puente del Valle de Gaza están intentando llegar a los peligrosos centros de ayuda a pesar de los disparos ocasionales que lanzan los ocupantes en el camino y el temor de morir o irse sin alcanzar ayuda.

Las fuerzas de ocupación no se limitaron a disparar: un dron bombardeó una tienda de campaña que alojaba desplazados en Mawasi, Khan Yunis, donde murieron cuatro personas más. Además, la artillería atacó zonas residenciales, profundizando el sufrimiento de una población que ya se encuentra al borde del colapso.

El Ministerio de Salud gazatí reportó que solo en las últimas 24 horas han ingresado a los hospitales 123 muertos y 474 heridos, con decenas de víctimas aún atrapadas bajo escombros sin posibilidad de recibir atención médica. Desde el 18 de marzo de 2025, la cifra de muertos supera los 4,800, mientras que los heridos superan los 15,300.

La crisis humanitaria se agrava por el colapso del sistema de salud. Los hospitales están saturados, con escasez crítica de suministros médicos debido a los bloqueos israelíes. En el norte de Gaza, todos los hospitales han dejado de funcionar, y los que aún operan están al borde del colapso total, incapaces de brindar atención adecuada ante la avalancha de heridos.

Las organizaciones internacionales, incluyendo la ONU, denuncian que los ataques sistemáticos contra centros de ayuda humanitaria buscan desplazar forzadamente a la población palestina, en lo que consideran una limpieza étnica encubierta. Las trampas mortales en los puntos de distribución de alimentos, gestionados por organizaciones no avaladas por la ONU, han dejado cientos de víctimas.

El Movimiento de Resistencia Islámica Hamás ha condenado estos ataques y ha llamado a la comunidad internacional a romper el silencio cómplice, que permite que esta maquinaria de muerte siga operando. Además, ha exigido a los países árabes una acción inmediata para defender al pueblo palestino y su derecho a una vida digna.

«El sistema de salud está al borde del colapso y la comunidad internacional debe intervenir urgentemente para salvar vidas y detener este genocidio», advirtieron esta mañana las autoridades sanitarias palestinas.

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