El atentado contra el senador y precandidato presidencial, Miguel Ángel Uribe Turbay, del partido Centro Democrático inició una crisis política en Colombia, según el análisis de René Ayala, director de la Agencia Prensa Rural. En diálogo con teleSUR, Ayala describe un escenario donde «algunos sectores buscan generar una crisis política dirigida a desgastar y desprestigiar la dinámica del Gobierno» de Gustavo Petro.

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El presidente Petro vinculó el ataque con «una junta de narcotráfico poderosa, tenebrosa, históricamente asociada al poder en Colombia […] ubicada fuera del país, posiblemente en Dubai».

Ayala respalda esta tesis: «Tiene un manejo de muchísimo dinero, intereses en economías ilícitas: cultivo de coca, extracción de oro ilegal, tráfico de armas […] acciones que históricamente han estado articuladas a la vida política».

Para el analista, el objetivo sería crear «un clima de zozobra» para impulsar un «golpe blando» contra Petro, cuyo gobierno ha sido «el que más éxitos ha obtenido en la persecución al narcotráfico».

La reacción, dice, incluye «acciones violentas contra población civil» y alianzas con «sectores de ultraderecha».

El Congreso como campo de batalla

La tensión se agrava por el bloqueo legislativo a las reformas de Petro. Ayala denuncia que la oposición usa el atentado para «desconocer la autoridad presidencial» y frenar la consulta popular, mecanismo que el gobierno promueve tras el estancamiento en el Congreso: «Con maniobras como las de la Comisión 7ª del Senado, quieren impedir un recurso constitucional».

Petro ofreció congelar temporalmente la consulta, pero Ayala advierte que esto no debe silenciar el debate sobre «las responsabilidades históricas de exclusión y antidemocracia».

Critica que se equipare el discurso oficial con «incitación a la violencia», cuando «quienes reproducen el odio son los sectores reaccionarios», incluidos llamados a un «golpe de Estado».

Los fantasmas de los 90 y la movilización social

Frente a quienes alertan sobre un retorno a la violencia de los 90, Ayala recuerda que «se ejecutó un genocidio contra la Unión Patriótica: asesinaron a tres candidatos presidenciales de izquierda con absoluta impunidad». Acusa a «los proyectos hegemónicos del bipartidismo» de ser «responsables de la guerra».

En contraste, destaca la respuesta organizada: «Hoy habrá una movilización social que insiste en que el pueblo tiene derecho a participar».

Resalta el papel de «coordinaciones populares con un acumulado de luchas», no solo con protestas sino con «pedagogía y debate para respaldar un proyecto político que rompe con lo hegemónico».

Mientras la izquierda prepara «un debate franco para definir candidatura» presidencial, Ayala observa fracturas en la oposición: «Miguel Uribe había sido marginado por sectores más tradicionales del Centro Democrático. Hay una pugna por el liderazgo». Denuncia especialmente el rol de medios que, «con fake news, son plataforma de banqueros para campañas políticas».

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